Hace 2 años y 9 meses, poníamos en marcha el proyecto Desayunos para Educar y Proteger en Yemen, absolutamente horrorizadas ante las cifras que día a día aumentaban del matrimonio infantil.
Del 17% en el año 2014, antes de la guerra, al 72% desde el inicio de la guerra, o lo que es lo mismo, 72 de CADA 100 NIÑAS están CASADAS en Yemen antes de los 18 años desde que empezó la guerra.
Una mezcla de pobreza extrema, imposibilidad de alimentarlas, ignorancia y convencimiento absoluto que de esta manera las protegen frente a posibles violaciones en tiempos de guerra, así como la creencia de que la otra familia la alimentará y que será cierta la promesa de que no la tocarán hasta que sea mayor y ahora solo ayudará en las tareas del hogar, empujan a muchas familias a casar a las hijas, buscando tener una boca menos que alimentar y recibir un pequeño pago (a veces una cabra y unos cientos de dólares, 600 es un promedio habitual) que ayude a subsistir al resto de la familia en mitad del horror que viven y de la miseria absoluta.
Quienes las compran suelen ser hombres adultos, a veces incluso muy mayores, que tienen, por ese pequeño pago, una esclava con la que hacer lo que les dé la gana.
Iniciamos el proyecto en una 1a escuela, donde cabían 525 niñas, pero faltaban cada día más y más por culpa de lo que acabamos de comentar.
Preparamos con mimo el menú diario a base de pan, leche, queso/huevo/atún y fruta, y nos lanzamos a luchar contra dragones si hacía falta.
Cruzamos los dedos y quisimos creer que quizá, y solo quizá, si dábamos alimento en las escuelas, algunas de ellas volverían, que no sería demasiado tarde para ellas, y que tendrían una oportunidad, o al menos, la sombra negra del matrimonio la alejaríamos durante un tiempo.
NUNCA, pero nunca, imaginamos que a los dos meses la escuela estaría LLENA hasta a bandera, que no cabría ni un alfiler, y que acabábamos de cambiarle la vida a 525 niñas devolviendo infancias en Yemen.
A los pocos meses cantaban, jugaban, reían, gritaban… eran NIÑAS que al menos, en esas horas en el cole, eran felices. Y estudiaban y comían. ERA UNA MARAVILLA.
Al poco Faten pidió ampliar a una 2ª escuela mixta, porque a las niñas las casan, pero a los niños los ponen en la calle a pedir, y las milicias pasan con camiones y los secuestran para llevarles a combatir. Los número ponen los pelos de punta…
Empezamos en una 2a y el fenómeno se repitió.
Hoy alimentamos CADA DÍA a 1255 niñas y niños, y estamos convencidas que si un día quisiésemos acabar con este proyecto, Faten se pondría en huelga y no volvería a dirigirnos la palabra!!!
No, no vamos a acabarlo ni locas!! Nos encanta, es una maravilla diaria.
Y cada día más y más personas os unís a dar 1€ mensual para hacerlo posible (cada 11 personas una niña o niño más queda totalmente cubierto por el proyecto), y muchas personas también os hacéis socias mensuales por cantidades mayores que 1€.
¿Nos ayudas a seguir devolviendo Infancias en Yemen?
Mirad qué maravilla!!
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