ARTESANÍA DE SANA’A
Sana’a, la capital de Yemen, es una de las ciudades más antiguas del evocador Reino de Saba. Más antiguas y más bellas, afirmamos sin dudar. Su arquitectura en adobe, levantada en medio de un vasto desierto de arena y piedra, deja a quien tiene el privilegio de observarla, con el corazón extasiado y los ojos brillantes ante tamaña belleza.
El país de los 8 pisos denominó Juan Goytisolo a Yemen, describiendo así la insólita superposición de pisos de las maravillosas y esbeltas casas-torre de adobe de la vieja ciudad de Sana’a, que con su deslumbrante profusión de ventanales en forma de media luna, vitrales de mil colores, fachadas labradas, celosías de estuco y madera y terrazas magníficas, se levantan vertiginosamente hacia el cielo, con orgullo de quien se sabe la bella entre las bellas.
Pasear por las callejuelas estrechas laberínticas es imposible sin elevar la mirada constantemente hacia esa maravilla que, por momentos, parece irreal.
Hay algo onírico en la visión, desde alguna de sus terrazas, de esos 8 pisos de yeso blanco y ladrillos color ocre, desde cuyos vitrales multicolores los últimos destellos del día dan paso a la noche mientras la llamada del muecín lo envuelve todo.
Esas mismas ventanas son las que al amanecer ven penetrar los rayos del sol, formando en el interior un calidoscopio de maravillosos colores que se reflejan sobre el blanco encalado de las habitaciones, dibujando preciosos arabescos sobre los zócalos de yesería.
Tan bella como misteriosa, ha sido habitada durante más de 2500 años.
Millones de personas han cruzado la puerta de Bab Al Yemen, la estructura amurallada de entrada a la vieja Ciudad, un paraíso de olores, esencias, imágenes, sabores…
Y los majestuosos edificios lo rodean todo, lo envuelven todo, lo eclipsan todo.
Os presentamos ARTESANÍA DE YEMEN, estas pequeñas casitas que representan las fascinantes casas-torre de la vieja ciudad de Sana’a. Hechas de yeso y con todos los detalles de los preciosos edificios yemenitas, son pequeñas joyas que nos hacen soñar e imaginarnos tras esos ventanales.
La caja de madera que le sirve de estuche muestra una imagen del fotógrafo y amigo Oriol Alamany, trasladada a la madera mediante la técnica de transferencia de imágenes, lo que le da un aspecto retro que nos encanta.
Las casitas han sido traídas desde Yemen por una amiga que trabaja en una gran ONG en el país, y que al terminar su misión allí vino cargada de las cosas que le entregó Faten.
Las unidades son limitadas, es por tanto un regalo único y muy especial.
Precio: 35€.
Diseño y packaging: Solidarios sin Fronteras.
