Dallah 4

Un aroma intenso se filtra desde las ventanas con arabescos de las casas en la Vieja ciudad de Sana’a. En ellas están preparando qahwa, el apreciado café árabe símbolo de hospitalidad y bienvenida.

En la guizwa, pequeña olla de latón, se colocan los granos previamente molidos y se añade agua. Cuando el café esté listo se servirá en la Dallah, cafetera tradicional beduina de cobre o latón, que con su original surtidor en forma de pico curvado está presente en todos los hogares yemeníes.

La fabricación de las Dallah es, según se cree, anterior al calendario gregoriano, y el conocimiento para elaborarlas ha pasado de generación en generación, aunque la guerra ha hecho desaparecer gran parte de la tradición. Por eso las Dallah más elaboradas son exquisitas joyas de artesanía decorativa, de gran valor artístico y económico, que requieren de varios días de trabajo minucioso y detallista.

La persona que da la bienvenida sirve el café en la Dallah levantándola por encima de los fenjals, pequeñas tazas sin asas que jamás deben llenarse totalmente para que no queme al cogerla y porque es de buena educación beber más de una taza, pero nunca más de tres.

Las Dallah son uno de los objetos de Yemen que encierra parte de su historia y guarda en su interior el corazón y el alma de los yemeníes. Desde 2019 la UNESCO reconoció como Patrimonio Intangible de la Humanidad el ritual de preparar, servir y beber café en los países árabes.

Si paseásemos por las bellas callejuelas de la Vieja Sana’a, a los pocos minutos alguien desde el fondo de su pequeña tienda repleta de mil artilugios nos ofrecería una taza del humeante oro negro mientras preguntaría: “¿Qué puedo hacer por ti?”